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OEAEl debate sobre las reformas del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) no tiene consenso entre los 35 estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La cumbre extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se desarrollara  el 23 y 24 de marzo en Washington no pudo cerrar los acuerdos en torno a la reforma del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH).
Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, todos ellos miembros de la ALBA, presentaron  a la Asamblea General de la OEA una propuesta para prolongar hasta 2014 el debate sobre el proceso de reforma de la CIDH. El representante venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, explicó a los periodistas que la propuesta obedece a la falta de consenso existente entre los países miembros.
La propuesta de esos cuatro países, pide dar un mandato al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos “para que continúe el diálogo sobre el funcionamiento del SIDH (Sistema Interamericano de Derechos Humanos)” y presente el resultado a la XLIV Asamblea General Ordinaria, que tendrá lugar en 2014.
Ese diálogo debe centrarse en particular en aspectos “de relevancia” como las medidas cautelares de la CIDH, su sede, el funcionamiento de las relatorías y la “autonomía e independencia” de ese órgano. “El diálogo sobre el fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos debe realizarse de manera continua y permanente para lograr el perfeccionamiento del mismo”, sostiene la propuesta.
Además, afirma que el Consejo Permanente de la OEA –que recibió de la Asamblea realizada en Cochabamba en 2012 el mandato de “formular propuestas” sobre el funcionamiento del SIDH– “no ha logrado concluir su trabajo”.
Algunas de las delegaciones asistentes a la Asamblea dejaron la sesión para analizar la nueva propuesta en una comisión paralela creada para ese propósito, que está presidida por el canciller hondureño, Arturo Corrales.
Posición argentina
Argentina introdujo la propuesta de reformar el artículo segundo del proyecto de resolución que continuaba sin consenso, con el fin de evitar que algunos países miembro abandonaran el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) ante la falta de acuerdo en ciertas propuestas al documento. Momentos antes, Ecuador había anunciado que de no continuarse el diálogo que pedía sobre el fortalecimiento del Sistema Interamericano que algunos países buscaban finalizar a través de una votación y en base al documento que ya había sido tratado anteriormente, su país denunciaría la Convención Americana de Derechos Humanos.
Ante esto, el canciller argentino Héctor Timerman introdujo la propuesta de que “en el espíritu de mejoramiento constante del SIDH y con la participación de todas las partes involucradas, mandatar al Consejo Permanente continuar el diálogo sobre los aspectos fundamentales para el fortalecimiento del SIDH”.
Argentina le ha dado "una oportunidad a la ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) de seguir adelante con un proceso de auditoría permanente" sobre el sistema, opinó el director para América de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco.
Vivanco consideró que el mandato al Consejo Permanente "le da legitimidad a un debate sin límites", algo que a su juicio permite "continuar con un proceso que para los países de la ALBA tiene como objeto lograr un debilitamiento" del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Bloque garantiza aportes
Lo que no se recogió en el documento aprobado fueron algunos de los puntos concretos que reclamaban Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua, como sus reivindicaciones para modificar el sistema de medidas cautelares de la CIDH y cambiar su sede, que está en Washington.
Tampoco lograron estos países, en particular Ecuador, cambios en el sistema de financiación de la CIDH.
La resolución aprobada sostiene que, mientras se logra la "plena financiación" de la Comisión por parte del presupuesto de la OEA, se sigan haciendo contribuciones voluntarias "preferentemente sin fines específicos", lo que permite a la CIDH seguir buscando fondos externos a la organización y los Estados miembros, como reclamaba.
Pero otro grupo de países, encabezado por Estados Unidos, Canadá, Perú, México y Chile, hizo una firme defensa de la CIDH y anunció aportes financieros extraordinarios. “Por más de cinco décadas, la comisión ha fungido de conciencia moral del continente”, afirmaba el subsecretario de Estado estadounidense, William Burns, al anunciar la contribución adicional de un millón de dólares.
Uno de los principales desafíos que enfrenta el SIDH es resolver su financiamiento.

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