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La legendaria actriz sueca Anita Ekberg, inmortalizada por Federico Fellini en «La dolce vita» (1960), falleció el domingo cerca de Roma a los 83 años de edad, indicó la prensa italiana.

La actriz sueca Anita Ekberg, mundialmente conocida por su belleza y por su trabajo como actriz en filmes como «La dolce vita» y «Bocaccio70», de Federico Fellini, falleció a los 83 años en la clínica San Raffaele di Rocca di Papa, Roma, según publicaron medios italianos.
Ekberg se había retirado de la actuación hace una década y debido a varios problemas de salud, entre ellos varias fracturas, tenía serias dificultades para movilizarse. Varias veces fue internada, dada su precaria situación económica, incluso con la colaboración de la Fundación Fellini, y su última aparición pública fue en el Festival de Roma de 2010.
Nacida en Malmo, el 31 de septiembre de 1931, como Kerstin Anita Ma-rianne Ekberg, fue Miss Suecia en 1951 y de inmediato compitió por el trono de Miss Universo, llegando a ser una de las seis semifinalistas, que le permitió acceder a un contrato con la Universal Pictures.
Sin embargo, la modelo que todavía no era actriz rechazó las exigencias del productor Howard Hughes, quien le propuso cambiar su apellido y someterse a algunas cirugías faciales: «Si alcanzo la fama, la gente aprenderá a pronunciar mi apellido; y si no, no me im-porta», confesó.
Su primer papel fue obviamente por su figura en «Abbott y Costello van a Marte» (1953), a la que siguieron comedias con Jerry Lewis y Dean Martin, como «Artistas y modelos» (1955) y «Loco por Anita» (1956), y luego «Regreso de la eternidad» (1956), junto a Robert Ryan y «Entre la espada y la pared» (1956), nuevamente como acompañante del dúo Lewis-Martin.
Por su papel en «Callejón sangriento» (1956), de William Wellman, con John Wayne y Lauren Bacall, recibió el Globo de Oro como revelación y participó en la superproducción «La guerra y la paz» (1956), de King Vidor, junto a figuras como Henry Fonda, Audrey Hepburn, Mel Ferrer y Vittorio Gass-man, entre otros.
Los que siguieron fueron sus años más prolíficos, con filmes como «Zarak» (1956) e «Interpol» (1957), los dos con Victor Mature, la comedia «Fiesta en París», con Bob Hope, y los thrillers «Historia de un crimen», junto a Ster-ling Hayden, «Atracción fatal» (1958), con Jack Palance, y «El mastín asesino» (1958), con Phil Carey.
En 1960, Federico Fellini la eligió para el papel de la exuberante y desinhibida Sylvia en el clásico «La dolce vita», en la que quedó inmortalizada por la escena en la que con el paparazzi interpretado por Marcello Mastroianni terminan con el agua hasta la cintura en la Fontana de Trevi, uno de los más célebres íconos de la historia del cine mundial.
Con este éxito comenzó su periodo italiano, que incluye filmes menores dirigidos por Camillo Mastrocinque, Richard Boissol e incluso el péplum «Los mongoles» (1961), de Andre de Toth y Leopoldo Savona, junto a Jack Palance, y «Estrictamente privado» (1961), de Dino Risi, antes de volver a trabajar de la mano de Federico Fellini en una producción episódica.
En «Boccaccio 70» (1962), participó del episodio de Fellini «La inhibición del doctor Antonio», un despiadado alegato contra la censura y la hipocresía de la moral retrógrada, aquel famoso por la canción en homenaje a sus pechos voluptuosos.
En 1963, de nuevo en Estados Unidos, participó en «4 por Texas», junto a Frank Sinatra, Dean Martin y Ursula Andress –quien tres años antes le había ganado de mano el papel de chica Bond en «El satánico Dr. No», primera entrega de la saga en la etapa Sean Connery–, y varias veces regresaría a Europa para otras participaciones.
A Italia habría de volver de la mano de Alberto Sordi en «Perdone, ¿está usted a favor o en contra?» (1966), «Siete veces mujer» (1967), de Vittorio de Sica y nuevamente con Fellini en «Los payasos» (1970), después de una participación muy breve en el filme «Si es martes debe ser Bélgica», de Mel Stuart y un gran elenco internacional.
Ekberg fue discontinuando sus apariciones en el cine para dedicarse al modelaje, apareció en una treintena de tapas de revistas, numerosos reportajes –incluso en Playboy– y participó en «Bámbola», del cineasta español Bigas Luna.
Alejada de la actuación desde 2002, aunque negándose al retiro definitivo «después de todo Bette Davis filmó hasta los 90 años», Ekberg decía que ya no podía mirar aquella escena que la volvió ícono sexual internacional. «La he visto algunas veces. Demasiadas, tal vez. Ya no soporto verla, pero era hermosa.»
En cuanto a matrimonios, estuvo casada con dos actores, el británico Anthony Steel entre 1956 y 1959 y el holandés Rik Van Nutter, entre 1963 y 1975, no obstante se le atribuyeron numerosos romances.