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Con la historia pasada y reciente y los mártires como testigos los cubanos conmemoraron este pasado 26 de julio, el Día de la Rebeldía Nacional.

En la ciudad de Artemisa, provincia de ese mismo nombre, sede de las celebraciones por el 61 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, se reunieron más de ocho mil pobladores en un acto que unió la cultura y la historia.
En voz de los niños llegó el agradecimiento por los años de lucha y las vidas entregadas por la soberanía de la patria, la justicia social y los logros alcanzados por la Revolución.
La música y la décima campesina, muestras de las más profundas raíces del pueblo cubano, dejaron en claro el amor a la patria y a una nación que transforma su economía por un socialismo más próspero y sostenible.
Las más jóvenes generaciones hicieron gala de una educación para las artes que no falta en cada rincón de la isla y no podía ser menos en tierras artemiseñas.
Artemisa, provincia de reciente estreno, con solo 42 meses como tal, fue escogida para el acto conmemorativo por su desempeño como parte de un experimento que se adelanta aquí relacionado con nuevos métodos de dirección política y administrativa, resultados que luego se aplicarán en todo el país.
Además, esta tierra vió a nacer a revolucionarios de alta talla; fue escenario de gestas heroicas durante la independencia como las protagonizadas por el Lugarteniente General Antonio Maceo y de allí son oriundos 28 de los combatientes que participaron en la acción militar del 26 de julio de 1953.
El presidente cubano, Raúl Castro presidió el acto y lo acompañaron el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel y varios de los asaltantes al cuartel Moncada.
El vicepresidente cubano, Ramiro Valdés rememoró el hecho que marcó un antes y un después en la última etapa de las luchas por la libertad de Cuba, señaló que el suceso no fue una victoria de las armas, pero resultó el motor impulsor para el triunfo de la Revolución en 1959.
Destacó el alegato de defensa de Fidel Castro, conocido como «La Historia me absolverá», donde el líder representó un cuadro de todos los males de aquella sociedad, los que los cubanos de hoy solo conocen por datos históricos, precisó.
En las palabras de Ramiro Valdés quedó el reconocimiento a la solidaridad de los cubanos que han llevado salud desde el Himalaya hasta la Amazonía, al espíritu de lucha de todo el pueblo que ha permitido la perdurabilidad de la Revolución y a los jóvenes, quienes demuestran su compromiso con ella.

Depositan cenizas de heroína cubana en Mausoleo a los Mártires
Las cenizas de la heroína cubana Melba Hernández, una de las dos mujeres participantes en el asalto al Cuartel Moncada, fueron depositadas en Santiago de Cuba, en el Mausoleo de los Mártires de la Revolución.

En el cementerio de Santa Ifigenia, los restos de la legendaria combatiente acompañan a los de los jóvenes caídos en el ataque a la segunda fortaleza militar, encabezado por Fidel Castro el 26 de julio de 1953 para iniciar la etapa definitiva en las gestas libertarias de los cubanos.
Fallecida el 9 de marzo último a los 92 años, Hernández dejó una estela de cariño y admiración entre los cubanos por su patriotismo y entrega total a la obra revolucionaria, primero en las luchas insurreccionales y tras el triunfo del Primero de Enero de 1959 en la construcción de la nueva sociedad.
Al despedir el duelo, el vicepresidente del Consejo de Estado, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, uno de los protagonistas de la gesta del Moncada, exaltó las virtudes humanas y revolucionarias de la entrañable combatiente.
Una ceremonia militar tuvo lugar durante las honras fúnebres, en las que fueron depositadas ofrendas florales del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, del presidente cubano, Raúl Castro, de sus familiares y del pueblo de Cuba.
El presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, y Abelardo Colomé, ministro del Interior, encabezaron junto a las principales autoridades de esta provincia oriental la solemne ceremonia, en la cual participó una nutrida representación de los santiagueros.